"El problema no está en que hablemos boludeces. De hecho todos hablamos boludeces ya que hacen que la vida sea más divertida. El problema surge cuando hablamos únicamente boludeces y las aceptamos dogmáticamente como verdades absolutas, incuestionables y las aplicamos a nuestras vidas. Peor aún, es cuando Profesionales de la Boludez pretenden arrastrar a los pocos sobrevivientes del Apocalipsis de la Boludez a una estupidez colectiva. Eso ya es inadmisible y debe evitarse a toda costa."
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